jueves, 16 de abril de 2015

On my way, Fercho Hit de rolling por ....el mundo



Un vistazo a Pereira...

Primera parada Pereira

Como dirían los cronistas antiguos, por la gracia de Dios nací en esta tierra bendecida.   De exuberantes paisajes, de verdes infinitos, fértil hasta la saciedad, de mujeres hermosas y hombres llenos de virtudes, de noches de bohemia y domingos de familia, de cielos azules y ríos cantarinos, rodeada de cerros tutelares y bellas montañas. 

Pereira es una tierra de las maravillas, es una cueva de Alí Babá que los ladrones no se han podido robar. Llena de tesoros.

Mi primera parada por eso es aquí, en mi propia tierra. 
Si todos los caminos conducen a Roma, usted desde cualquier lado también llega a Pereira. Desde siempre todos han querido venir acá. Se acuerdan de oírle decir a sus abuelos: "..No es que así no vamos a ningún Pereira!". Todos querían venir acá.

Cerritos y el Valle del Risaralda
Si llega por el occidente entra después de Cartago en el norte del Valle atravesando el puente sobre el río La Vieja y ya está en la zona rural de Pereira. En solo 10 minutos ascendiendo una pequeña colina llega a "Cerritos", el segundo corregimiento de la ciudad. Un cruce de caminos donde desde siempre los pereiranos se han dado cita para comerse una piña dulce, chuparse un helado casero, tomarse un jugo de frutas, comer un pandebono caliente con avena o solo para subir al "cerro de Cerritos", una pequeña colina desde donde se divisa impetuoso el valle del Risaralda y el paisaje que este forma en su matrimonio con el río Cauca apenas a 10 minutos más desde allí. 

Pero no se detenga mucho, mientras sigue a la ciudad por una doble calzada adornada por cientos de árboles a lado y lado y en su separador central, además de casas de campo espléndidas de la gente de Pereira, no deje de extasiarse con la explosión de colores de las flores y las plantas que adornan el camino. Sus sentidos se lo agradecerán. El olfato, el oído y la vista todos se llenarán de trinos de pájaros, olores de finca y paisajes como de cuadro de arte.

Y ahí te recibe la ciudad con sus aires de gran ciudad, imponentes centros comerciales, transporte público masivo, una oferta gastronómica inigualable, para todos los gustos, asaderos de arepas y carnes en miles de fórmulas distintas, pero todas exquisitas, asadas al carbón y moldeadas con las manos de madres y abuelas que cada tarde en las puertas de sus casas o en las esquinas en improvisados locales, sacan sus ventorrillos de carbón para que quienes van para casa, después del trabajo hagan una pausa con una arepa con carne desmechada o con queso picado o fundido, con una "mixta" de chicharrón y carne o la "triple" con quesito fundido y mientras espera se coma una empanada "de verdad", de carne y papa generosas. Una delicia de verdad!  Mmmmmmm deli!!!

Qué hacer? 

Váyase para el Victoria, un centro comercial que abrió el paso a los big mall en la ciudad aunque ya antes habían abierto puertas otros más pequeños. Allí verá el desfile de los pereiranos chismosiando las cosas del día, pero también gozará con la vista desde el mirador mientras se toma un café, café de verdad, se come una ensalada de frutas frescas o se toma un jugo helado con granizado de cualquiera de las frutas que llegan desde las múltiples fincas de los alrededores.

Vista desde el mirador del Victoria Plaza
Desde allí verá el hotel de Pereira, la iglesia de San Antonio, la avenida del ferrocarril, la plaza Victoria, el "feocentro" un centro comercial de los 80s venido a menos y convertido en pequeñas oficinas y ventas de todo, que se niega a desaparecer frente al parque Olaya Herrera, donde quedan además la gobernación y la replica de la estación de la vieja estación de tren donde hoy funciona la biblioteca pública.
Y a lo lejos la cordillera central. Si está de suerte y la tarde despejada verá el espectáculo de las nieves del Nevado del Ruíz. 

No se pierda el atardecer desde ese sitio. Los colores de un atardecer veraniego en Pereira no tienen par.

Cuando quiera, visite el centro, bullicioso como una calle de la India, lleno de ventas callejeras y locales de ropa para todos los precios. De ventas de comida doméstica como los chorizos cocidos o los jugos de soda, los "churros" de dulce y los platanitos verdes fritos. 


Bolivar desnudo y catedral de Pereira
Camine hasta la Plaza de Bolivar donde está el imponente homenaje al coraje del Libertador. La estatua desnuda esculpida por Arenas Betancourt. Entre a la catedral de la ciudad aunque no crea ni en usted mismo. El templo es un espectáculo arquitectónico por dentro que exhibe orgulloso un interior que ha resistido mas de 5 siglos y que estuvo oculto hasta que uno de los tantos temblores de tierra que ha estremecido a la ciudad lo sacó a la luz. Un techo con amarres de comino y vigas vigorosas en ladrillo a la
Interior de la catedral La Pobreza de Pereira
vista, un atrio imponente, 3 naves centrales y un altar digno del Vaticano.

Salga de ahí y vaya al tinteadero del Bolivar Plaza, otro centro comercial en pleno corazón de la ciudad. El tinteadero de ese lugar es el epicentro del chisme político, judicial y deportivo de la trasnochadora, querendona y morena.

Apenas a 6 cuadras está el Lago Uribe, el parque con más remodelaciones que cuarentona rica. Un parque dueño de la historia de la ciudad con un curioso diseño de túnel de agua y fuentes de colores. 

Hágase al lado del "Mocho Uribe" el le susurrará la historia de la ciudad de la que ha sido testigo mudo y silencioso.

En Pereira vale la pena visitar su Villa Olímpica construida para los juegos nacionales del 74 bajo el liderazgo de un sacerdote apasionado por el fútbol que tiene su propia estatua con un balón en el mismo estadio que él con los pereiranos de los 70s construyó a punta de convites y empanadas.

En la noche hay que dejarse envolver por la rumba pereirana. En cualquier pub, tomadero, bar, discoteca a cielo abierto, bar-restaurante, uno no para de disfrutar al calor de la conversación con amigos recién conocidos pero que lo tratan como si lo fueran de toda la vida.

Pereira de día o de noche es una ciudad viva, vibrante, embrujadora, deliciosa, de olores y sabores, de sonrisas y cuentos, de historias y pasados, de mitos y futuros. 
Si hay una lista de mil lugares para visitar antes de que llegue Iku, Pereira es uno de esos.

No se pierda el placer de conocer el eje del eje, la "trasnochadora, querendona y morena", la ciudad de las puertas abiertas.






2 comentarios:

  1. Fotos tomadas de Internet y de mi propia colección. Un escrito que tiene más de corazón que de literatura, pero que es un buen ejercicio para el espíritu y dejar volar los recuerdos

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  2. Buen perfil de nuestra hermosa y acogedora ciudad

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